¡He sepultado mi lamento en papel raído!
He secuestrado el firmamento. Y de él he caído.
A los monasterios en llamas, con sus lapidas pétreas.
A los cementerios con las almas… ¡De álgidas letras!
Mi corazón se ha detenido… ¡Pero yo aún vivo!
¡El de ella pulsa por el mío! Su aliento me comparte.
La razón se ha interrumpido… ¡Pero yo aún la percibo!
Eres bella amor mío… ¡Sediento estoy de amarte!
¿Cómo te atreves? A inflamar mi pasión.
¿Quién eres? Para condenar mi ilusión.
Orgullosa exhibe la magia de su determinación.
Hermosa me inhibe y me plagia… ¡La inspiración!
K.L.
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